lunes, 30 de abril de 2007

Bailé contigo hasta el fin de la noche .



Antes que nada, me veo obligado a cerrar la etapa que ayer comencé, porque en mi siguen vivos y muy arremolinados los pensamientos acerca de lo importante que puede ser escribir una relativamente insignificante vida.
Si tales pensamientos no dejan en paz mi cuerpo es porque todavía no encontraron su lugar adecuado en estas hojas, y es probable que todo lo escrito el día de ayer fuera en vano ya que no he logrado mitigar tales inquietudes.
Para ser directo voy a descargar de nuevo todo aquello pero con otra connotación.
Quien escribiese esto podría ser tranquilamente el vecino de a la vuelta de sus casas. Podría ser de cualquier hombre o mujer que no necesariamente fuera alguien célebre.
¿Porque un Diario íntimo debe ser escrito por un famoso para ser leído con el interés que la vida de cualquiera merece producir? (Me refiero a gente como el Che o Salvador Dalí)
El mundo y su historia es un constante movimiento humano, formado por miles y miles de pequeños relatos llamados vidas que convergen en la gran ola de la humanidad, para dar paso a este gran monstruo, la evolución.
Yo estoy seguro de que todos los seres humanos, absolutamente todos, tienen para contar anécdotas que, con certeza, nos otorgarán momentos de reflexión y seguramente algún aprendizaje útil para el futuro. Y estoy dispuesto a comprobarlo.
Amigos, el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra, pero podría dejar de serlo, si de una vez por todo se dejara de subsumir en la ignorancia y la individualidad. Tarde o temprano acabaría por comprender, que conociendo el pasado, conocería la ubicación de cada una de las piedras que obstaculiza el camino.

Otro tema, anteriormente mencioné lo triste que era tomar la vida por lo exterior, quiero explicarme mejor. A veces cuando pensamos como la pasamos en una cierta semana o en un fin de semana, buscamos cosas tangibles y demasiado reales, salida con amigos, fiestas, etc. Y suele pasar que si no hay cosas reales y concisas sentimos nuestras vidas vacías y aburridas. Monótonas sin sentido alguno.
Eso no pasaría si percibiéremos nuestras vidas a partir de nuestras ideas y sensaciones diarias.
A mi antes no me pasaba de sentir mi vida monótona, si alguien me preguntaba que hiciste ayer, yo le contestaba “miré el cielo e imaginé que hay mas allá de las estrellas”.

Hoy me desperté con un aire abrumado y extenuante, simplemente la mañana me arrebató la paz que se regaba en mi interior.
Mensajes insólitos a las 9 a.m. pusieron mi cerebro a funcionar y desde ese momento no pegué un ojo.
Por fin! Logre lo que debía lograr, desafiar el mundo de los sonidos. Salir a la calle en mi propio mundo y caminar entre fantasmas que se deslizan suavemente y autos inertes.
Cuando las cosas estaban mejorando, alguien, un simple fenómeno de la naturaleza, un simple accidente, mi accidente, se presentó ante mí, esbozando la sonrisa mas cansada y satisfecha que alguna vez vi. Y en ese momento lo supe.
Supe que esta noche iba a terminar así, así en el limbo de lo dulce y apacible, como galán perfumado entre orquídeas y copos de noche buena.
Si me disculpan nos vemos luego, tengo una desenfrenada incitación a desmayarme en esas nubes míticas y arcangelicales que me van a llevar hasta el éxtasis.
Gracias sonrisa alada, bailé contigo hasta el fin de la noche.


Julián .*

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